Químeras perdidas

Ensoñaciones diurnas
muestran los desesos
de les olvidades.
Duermen de día
los zombies de la labor.
Apagan sus sueños
y acatan las normas.
Viven con los ojos cerrados
y el corazón
en un cesto de espinas
encogido,
sangriento,
tristamente abandonado,
como un bebé en una iglesia,
como la tierra ansiosa de agua.
Recuerdan perderse de día,
pero no dejan su cuerpo libre,
su mente…
Fantasean con ilusiones,
imaginan las ficciones,
idealizan las visiones y
codician la vida
que no se dejan vivir.


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