Ignorando quiénes somos

Siempre fuimos amigas 
o eso creímos.
Un día fui consciente
de que no la conocía,
que no sabía nada de ella,
ni sobre sus aspiraciones
ni sobre sus mayores miedos.
Nada.
Absolutamente nada. 
Nuestra amistad es para siempre – “no hay nada para siempre” cantaban los Héroes del Silencio. 
Nuestra amistad es distinta al resto – nunca la creí en eso. 
Hablar no es lo nuestro – Lo sé, lo siento…
No tuve más remedio
que enfrentarnos al espejo.
Allí estábamos.
Sin querer vernos,
tocarnos,
sentirnos…
Dos desconocidas
con una misma sombra.
Dos hermanas
con un mismo aura.
Dos personas,
que nunca fueron dos,
si no siempre una.
El cristal vomito
la realidad.
El reflejo de una persona sola,
asustada,
queriendo conocerse
pero impidiéndoselo a la vez. 
Amigas para siempre – dijo la voz del espejo.
Apago las luces
y nunca más la volvió a ver. 

 Ilustración de Marie Main Guy

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