Hablan
Falan
los falos
historias de señores
de vaginas dentadas
sus cuentos de terror.
Felaciones y
poluciones nocturnas,
sueños húmedos
acompañaron su
adolescencia,
un placer que nunca
tuvieron que ocultar.
Afilan sus utensilios,
les dan brillo día y
noche,
y más de uno lo mece
entre sus manos
mientras canta
extasiado,
entre jadeos y sudor.
Follan,
embisten,
se ocultan en la vaina
que Dios creó para ellos – o así lo escriben en los antiguos libros
sacuden y
penetran
la concha que a veces
repelen y otras añoran.
Falan
los falos,
hablan sin parar.
Pues ellos narran su
historia
y la firman viscosa,
allá por donde quisieron
pasar.
Comentarios
Publicar un comentario