Injusticia
Creen protegernos
con sus leyes de trapo
y lo único que hacen
es condenarnos
de por vida,
para que esto pueda ocurrir una y otra vez.
Ahora tenemos miedo.
Tenemos asco.
Tenemos odio.
Pero brota la rabia por nuestro cuerpo
y se enciende una llama en nuestro pecho.
Gritamos
¡No es NO!
Y la justicia patriarcal se ríe en nuestra cara.
Ya es hora de cambiar el poder de manos.
Al pueblo,
a la ciudadanía,
a los barrios…
Necesitamos leyes que nos protejan
no a este sistema corrupto,
lleno de veneno,
prejuicios
y desprecio.
Mientras tanto
nuestras voces seguirán alzándose
en pro de una real justicia.
ha sido una sentencia tan injusta que nos afecta a todos. Mujeres y hombres, porque hace reflexionar en por qué ha de demostrar la víctima ese delito.
ResponderEliminarNo callarán las voces contra esa manada de animales. Un abrazo
Una sentencia deleznable nacida de una sociedad patriarcal.
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